El increíble animal argentino que probablemente no sabías que existía

Es pequeño, peludo… Y rosado. No es un animal fantástico, ni el protagonista de un cuento de hadas, pero podría serlo.
El notable armadillo hada rosa (Chlamyphorus truncatus), también conocido como pichiciego, mide poco más de 10cm, pasa casi toda su vida excavando bajo tierra y un caparazón rosado cubre su suave pelo blanco.

El más chiquito de los armadillos se alimenta de invertebrados y plantas, y se deja ver en la superficie en muy raras ocasiones. Y además, es muy suceptible al estrés y no tolera muy bien los encuentros con humanos.
“Es un animal muy delicado que en cautiverio sobrevive máximo ocho días y se muere”, sostiene Mariella Superina, experta en la conservación de armadillos.
“Si bien se les dice ‘pichiciego’, no son realmente ciegos; pueden distinguir claridad de oscuridad. ‘Pichi’ quiere decir ‘chiquito’ en el idioma mapuche, y sospecho que se le agregó ‘ciego’ a este nombre para distinguirlo del piche (Zaedyus pichiy), una especie de armadillo de 1kg que vive en la misma zon”, explica la especialista.
Superina explica que entre las 21 especies de armadillos, que ya de por sí son mamíferos muy diferentes al resto, el pichiciego es el único que tiene suelto el borde del caparazón.

“Debajo del se observan los abundantes pelos sedosos que cubren su cuerpo y le ayudan al pichiciego a mantener su temperatura corporal”, explica.
“La punta de la cola tiene una forma de diamante que también es muy inusual y la usa como una quinta pata para apoyarse”, añade la experta.
Además, tienen una placa vertical en la parte trasera que los científicos no sabían para qué era. Hasta que la investigadora pudo mantener en un terrario durante varios meses a uno de los pichiciegos rescatados y le puso cámaras infrarrojas para poder filmarlo, como se puede ver en el video.