Política

LAS ANOTACIONES SECRETAS DEL MÉDICO QUE OPERÓ A EVITA

George Pack, es un médico norteamericano que viajó dos veces en secreto para estudiar y operar a la esposa de Juan Domingo Perón. La historia clínica de Evita salió a la luz 50 años después y además, se explicaron las razones de porque el ex mandatario ocultó su enfermedad y tratamiento.

Evita en la cama del Hospital, junto a ella Juan Domingo Perón y los médicos que la atendieron

En 1999 después de una larga insistencia, Helen, la viuda del cirujano George Pack, le dio al doctor Barren H. Lerner acceso a las notas confidenciales de su marido sobre la enfermedad de Eva Perón y la operación que le practicó por su cáncer de útero el 06 de noviembre de 1951 en el Hospital Presidente Perón de Avellaneda.

Al revisar los apuntes Lerner encontró cual fue el motivo de la participación de Pack en el tratamiento de la Ex primera Dama. Ahí entendió que, según los apuntes del doctor George, no viajó una vez como estaba pactado, sino que lo hizo dos veces. Los viajes fueron organizados en secreto por Presidencia de la Nación y la Embajada de los Estados Unidos en Buenos Aires.

El 11 de noviembre Evita votó desde la cama del hospital.

Evita nunca supo que un norteamericano viajó al país para operarla, hasta el día de su muerte, creyó que lo hicieron médicos argentinos. Helen manifestó que su marido siempre quiso escribir sobre la historia clínica de Eva Perón, pero nunca pudo hacer públicas sus anotaciones debido a las restricciones que le imponía el secreto profesional.

Si ahora permito que usted revise las notas es porque ha pasado mucho tiempo y creo que son un documento histórico”, señaló Helen, la viuda de George Pack. Así fue como Lerner, el 03 de junio del 2000, publicó en una de las revistas más prestigiosas de la medicina –The Lancet– pero, inexplicablemente, el artículo pasó inadvertido para la prensa Argentina.

Cuando se conoció el estado de salud de Evita, Juan Domingo perón dijo que si la cirugía era muy grande, que la atienda el mejor cirujano que podían encontrar. El oncólogo argentino, Abel Canónico, quería convencer al ex Presidente que había buenos cirujanos en Argentina para operar a su mujer y que no podía demorarse en la búsqueda, ya que el cáncer de útero avanzaba notablemente.

Canónico creía que Perón quería encontrar si o si al mejor cirujano del mundo, porque si le pasaba algo a Evita, no quería que le reprocharan que no la hizo tratar con los mejores especialistas. Según los apuntes de Pack, el primer malestar de Evita sucedió en enero de 1950. Se desmayó y se sometió a una apendicectomía, pero a pesar de que padecía de anemia por sangrado vaginal, no se sometió a otros exámenes médicos hasta mucho después.

En agosto de 1951, ya mucho más débil por la persistencia de las hemorragias, empezó a padecer intensos dolores abdominales y volvió a desmayarse durante un acto de la CGT. Recién entonces, un examen reveló que tenía un cáncer de cuello uterino muy avanzado y los médicos argentinos la trataron con radio y luego con una terapia estándar.

Eva Duarte junto a Juan Domingo Perón.

Eva Perón nunca supo que tenía cáncer, sino que le hicieron creer que tenía –problemas femeninos-. Lerner dedujo que era una necesidad de la campaña electoral mantener oculto el cáncer de Evita ante la opinión pública, porque la noticia de que padecía una enfermedad mortal, podía afectar los resultados de las elecciones.

El 06 de noviembre de 1951, la ex primera Dama, fue anestesiada bajo la mirada del médico argentino Ricardo Finochietto. Una vez dormida, entró a la sala George Pack a realizar la intervención. Cuando finalizó la operación, el medico norteamericano se “esfumó” de la sala y Evita al despertar, le agradeció a Finochietto, quién creía que la había operado.

Unos días después, recuperándose en el hospital, Evita votó desde su camilla y fue el escritor David Viñas, por entonces de 42 años y fiscal por la Unión Cívica Radical quién le llevó la urna. Según comentó el escritor, era un día de lluvia y la imagen fuera del hospital era conmovedora, ya que afuera estaban rezando por Evita.

Eva Perón fue dada de alta porque pr4esentaba una leve mejoría, incluso, participó de los actos del 01 de mayo de 1952 al lado de Perón, pero la imagen que daba desde el balcón era engañosa, ya que podía mantenerse de pie gracias a un corset que le habían diseñado.

En 1952, Evita volvió a sufrir dolores abdominales y Finochietto, le informó a Pack que el cáncer reapareció con una rapidez sorprendente. Quedaba poco por hacer y finalmente, Eva Perón murió el 26 de julio en el Palacio Unzué. Sus últimas palabras fueron: “Me voy, la flaca se va, Evita se va a descansar” para su mucama, Hilda Cabrera de Ferrari, que la acompañaba junto a la cama.

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