Brisa, la nena desaparecida que ya nadie busca

“Usted se ha comunicado con la casilla de mensajes de…”. El teléfono no suena ni una vez y va directo al contestador. El número es de la mamá de Brisa, o al menos es el que está escrito en lapicera en los carteles de búsqueda de la nena desaparecida en Villa Zavaleta, en 2015, cuando sólo tenía cinco años.

En la fiscalía que tiene a cargo la causa de su desaparición sí atienden, pero avisan: está archivada desde 2018.

En los medios, el caso no tuvo mayor trascendencia. Ya nadie busca a Brisa Aylén Pereyra.

En la historia de la desaparición de Brisa están los dichos, pero faltan los hechos. Según la denuncia que tomó la Fiscalía Descentralizada de Pompeya y Parque Patricios, la nena estaba en custodia de su padre, Víctor Sequeira, cuando la vieron por última vez.

Firme en su testimonio hasta el día de su muerte, el 6 de agosto de 2017, el hombre declaró una y otra vez ante la Justicia que él la dejó en la esquina de la casa de su ex mujer, Paola, con un cartelito en la mano, y que vio cómo alguien le abría la puerta.

Los investigadores jamás dieron con la imagen de una sola cámara de seguridad que respaldara sus dichos.

Según el relato sin fisuras de Sequeira, ese día no estaba solo: lo acompañaba Sasha, la hermana mayor de Brisa, que por entonces tenía 11 años.

El hombre declaró que dejó a Brisa a media cuadra de la puerta de la casa de su ex porque Sasha no quería que su mamá la viera. La hija mayor se convirtió en su principal y única coartada: en Cámara Gesell repitió el relato de su padre.

En la casa de Magaldi al 1275, donde funcionaba un kiosco que daba al frente, vivía Paola con parte de su familia. A unos 40 metros había un contenedor de Prefectura en funcionamiento. Nadie vio entrar a Brisa a esa casa.

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