El durísimo momento de Daniel Passarella por su estado de salud

Sus amigos están shockeados. Algunos, incluso, intentan negarlo en público. Les resulta doloroso aceptar que su compañero de ruta más famoso Daniel Alberto Passarella está padeciendo las secuelas de dos enfermedades neurodegenerativas: el mal de Parkinson y el Alzheimer, que cada vez con mayor asiduidad a los 69 años le provocan que -entre otras cosas- no se ubique en tiempo y espacio.
“Ya no es más el Passarella que conocimos. Ahora es otro Daniel”, explican.
El Kaiser sufre hoy un proceso de deterioro cognitivo similar al que vivió su papá. Sus íntimos aseguran que muy pocas veces sale solo de su casa.
Sus únicas actividades en la actualidad son algunos paseos en su Mercedes Benz por las cercanías de la casa de Lomas de San Isidro pero con asistencia, ya que abruptamente puede olvidarse la dirección a la que iba o perder la orientación, y las visitas periódicas a Chacabuco donde desde hace unos años vive su hijo Lucas.
El menor de los Passarella, de hecho, estaría evaluando regresar a Buenos Aires ya que, por su estado, su papá ya no sólo no puede dirigir nunca más un equipo de fútbol: tampoco administrar los bienes de su propiedad.
Si bien si alguno se lo cruzara en la panadería en la que solía juntarse a tomar café con sus amigos o en las calles de su pueblo natal podría no advertir los síntomas, a su alrededor aseguran que hoy son bastante más frecuentes que hace alrededor de tres años, cuando comenzaron a hacerse evidentes.