Jugó un Mundial, dirigió otro en la Argentina, y ahora duerme en la calle

El canadiense Paul John James vivió casi todo lo que una persona podría vivir.
Tocó el cielo con las manos cuando como futbolista pudo disputar el primer mundial en la historia de su país (México 1986) y también supo tocar fondo al caer en la pobreza total y pasar a vivir en la calle a causa de las drogas.
Surgido futbolísticamente en los Toronto Blizzard, James jugó 47 partidos para la selección de Canadá y fue titular en los tres partidos de la fase de grupos del Mundial de México 1986, que significó el debut de su país en la historia de los mundiales.

Además, como entrenador, ayudó a sus compatriotas mujeres sub-20 a ganar un título de la Concacaf y participar de la Copa del Mundo Sub-20 en 2011, disputada en Argentina.
Con su rostro en el “muro de la fama” en Whitchurch High School, todos pensarían que la actualidad del ex futbolista es exitosa. Sin embargo, el hombre estuvo desempleado durante los últimos 13 años y sin un hogar permanente en los últimos seis.

De hecho, viajó hacia el Reino Unido justo antes de la pandemia, enojado por el terrible tratamiento que le dieron en su país, donde se lo discriminó por consumir cocaína.
Unos meses atrás, el ex jugador supo dormir en las calles de Toronto y, también, sobre pedazos de cartón en Charing Cross o la Catedral de Westminster. No obstante, actualmente, encontró refugio en un hostel cerca de Holborn.

Además, hoy en día, James pide limosna en los suburbios de Embankment, Piccadilly y Strand. Con esta acción, busca “poder recuperar una apariencia de normalidad. Poder usar mi propia ropa y zapatos y no los de segunda mano. No tener que recaudar fondos para comprar mis propios artículos”.
Es más, cuando alguna persona se detiene a hablar, él le da su dirección de correo electrónico y le pide que busquen su nombre en Google, aunque posteriormente son realmente pocos los que se contactan para ayudarlo.